Según los expertos en lenguaje corporal, besar con los ojos abiertos, no es besar.
Al cerrar los ojos, el cerebro usa menos flujo de sangre y oxígeno que destina para la vista, haciendo que se agudicen otros sentidos como el olfato y el tacto. Besar con los ojos cerrados nos vuelve vulnerables y por lo tanto es una forma de relajación y de abandono que expresa amor.